lunes, 14 de marzo de 2016

Enfrentarnos a problemas en nuestro disco rígido y no morir en el intento



Aunque realicemos numerosas copias de seguridad y tomemos todos los recaudos posibles a la hora de almacenar información que consideramos importante, los accidentes e imprevistos ocurren, a veces a menudo.  Los discos rígidos se pueden romper si se nos cae el ordenador, pueden presentar errores, llegar al fin de su vida útil o podemos simplemente haber borrado un archivo que no debíamos.  
Para todos estos casos existen muchas maneras de recuperar archivos del disco rígido
En primer lugar, es fundamental conocer ante qué tipo de error o problema nos estamos enfrentando.  El disco duro puede estar averiado físicamente o en su software.  Resulta necesario remarcar que si logramos recuperar la información que necesitamos, no es nada recomendable volver a utilizar el disco para continuar almacenando información. 
Si en nuestro diagnostico previo llegamos a la conclusión de que se trata de un error físico, primero tendremos que quitarlo del ordenador para manipularlo con mayor comodidad, manteniéndolo conectado en todo momento.  En este momento deberemos analizar qué sucede con nuestro disco, y para esto es importante escuchar los sonidos que emite con mucha atención.  
Al encenderlo pueden darse dos situaciones básicamente: que el disco comience a emitir ruidos no habituales o que no haga sonido alguno y no gire, en este segundo caso tendremos que chequear que no haya problemas de alimentación de energía eléctrica.  Si por el contrario, el disco emite ruidos extraños (que no escuchamos anteriormente), hay muchas chances de que sea un problema mecánico, ya que por lo general luego de un golpe suele desacomodarse el cabezal de lectura.  Siempre que sospechemos que el problema puede ser físico, es importante no olvidar clonar el disco, a fin de salvar aunque sea la información contenida hasta ese momento.  

A continuación podremos ver en un vídeo cómo se rescata información de un disco rígido dañado: 




Si al remover el disco, este funciona emitiendo su sonido ideal y parecen no haber problemas de alimentación eléctrica, el problema es interno, en su software.  Existen múltiples causas de errores lógicos, entre los más comunes está formatear el disco sin realizar copias de seguridad, virus que se instalan en nuestro ordenador o borrar archivos que no debemos.  
Otra de las situaciones que se nos pueden presentar es que haya ciertos espacios defectuosos en el disco a los cuales no podremos acceder.  En este caso, podremos utilizar la función de diagnóstico que nos provee Windows, a fin de determinar qué sectores sufrieron un daño.  
Las situaciones antes descriptas son las más difíciles de resolver y en muchos casos pueden llegar a requerir la asistencia de un profesional, con la finalidad de no seguir borrando elementos clave o manipular piezas fundamentales del disco.  
El panorama será mucho más alentador si lo que necesitamos es recuperar un archivo que borramos por error.  En este caso, el elemento clave es el tiempo que transcurra entre la eliminación del archivo y nuestro intento de recobrarlo, por lo tanto cuanto antes lo busquemos más fácil nos será.  Es clave en estas situaciones utilizar un software de recuperación de datos, hay una gran variedad para adquirir, cada uno con sus características particulares.    
Existen ciertos mitos y leyendas urbanas alrededor de la recuperación de información de discos rígidos.  Nos ocuparemos de desterrar principalmente los más conocidos, y peligrosos.  El consejo que más suele circular por las redes en relación a este tema es sin duda guardar el disco duro en el congelador.   
Antiguamente se congelaban los discos, con el objetivo de que las bobinas de los cabezales volvieran a su lugar, ya que al trabajar con temperaturas elevadas, estas tienden a abrirse y no se posicionan correctamente en el plato.  
El método antes descripto es únicamente válido para discos muy antiguos, siendo de todos modos bastante peligroso.  Si igualmente queremos intentarlo, deberemos tener en cuenta las siguientes sugerencias, a fin de aumentar nuestras probabilidades de éxito.  En primer lugar deberemos envolver el disco en un film transparente y sellarlo lo mejor posible para luego guardarlo en una bolsa de plástico y por último en un tupper.  Procederemos a introducirlo al congelador y esperaremos entre 2 y 4  horas.  Luego quitarlo de su protección y permitir que vuelva a temperatura ambiente para poder sí trabajar sobre posibles desperfectos en los cabezales.  
Otra de las leyendas urbanas tiene que ver con la capacidad de reparación que proporcionan los golpes.  En numerosas ocasiones, los cabezales quedan bloqueados en medio del plato, impidiendo y frenando el giro del motor y el arranque normal del disco.  Lo que debemos hacer en estos casos es tomar un destornillador pequeño y liviano y proporcionar un suave golpe en el momento exacto que el motor intenta arrancar.  Parece sencillo al describirlo, pero es fundamental que lo hagamos teniendo en cuenta que el golpe debe hacerse en el lateral derecho del disco y sin insistir, si con uno o dos golpes no notamos diferencia, debemos detenernos.  
Luego de leer con atención estas recomendaciones y sobre todo los mitos y leyendas que circulan, quedará a nuestro criterio si decidimos tratar de solucionar el problema nosotros mismos o recurrimos a una empresa especializada y le confiamos nuestro disco.  Si tomamos la decisión de intentarlo con nuestras manos, es clave informarse, leer e investigar antes de intentar manipular el disco que contiene la información valiosa que deseamos recuperar. 

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